Restauración de cuero

Esta historia es absolutamente dramática. Imaginaros felices de vacaciones cuando una de vuestras mascotas decide jugar con un Chester de cuero afilándose las uñas. Imaginaros vuestra cara al volver de cenar y encontraros el panorama. 

1. Historia del mueble: no digo que este sofá sea un Chester de época, porque no lo es. Pero si contaros de donde viene este sofá tan emblemático. 

Corría finales del s. XVIII / primeros del s. XIX, cuando el Conde de Chesterfield encargó a una ebanista londinense, un sofá especial donde los hombres distinguidos pudieran mantener la espalda erguida al estar sentados y a la vez estar cómodos. Así nace este sofá que se ha convertido en una pieza emblemática a lo largo de los siglos.

2. Estado: arañado

3. Restauración: la restauración tuvo dos fases. Por un lado, era necesario que los arañazos en el cuero, los pelitos que se habían levantado volvieran a su estado original. Por otro, recuperar el color.

Para el primer punto, se fue rebajando la superficie arañada y levantada con lija de agua de 7.000 hasta pasar la yema de los dedos y no sentir nada al tacto más que la suavidad del cuero.

Para el segundo punto, con diferentes tintes, se fue recuperando el color original.

Finalmente, se hidrató. 

¿El resultado? Los dueños encantados y la mascota salvó el pescuezo (obviamente es broma)