Muchas veces nos cuesta decorar nuestras casas.
España, tradicionalmente por su clima, por su gente, por su cultura… es un país donde se hace mucha vida fuera de casa y el tiempo acompaña a que esto sea posible, por lo que los interiores se viven menos.
Pensemos por ejemplo en Inglaterra, que tradicionalmente ha sido un país donde las artes decorativas han estado muy desarrolladas, sobre todo a partir del movimiento Arts & Crafts que propulsó William Morris, y dónde parece que su gente tiene una gracia innata para decorar sus rincones. En Inglaterra, tradicionalmente, las casas se han vestido con papel pintado, con flores, con diferentes texturas… ya que el clima no acompaña y los interiores se viven mucho.
Pensemos incluso en nuestro propio Norte, donde ciudades como San Sebastián, destacan por su carácter vanguardista y donde las casas se visten más y son más atrevidas en colores, en diseño, en texturas…
No necesitamos ser grandes expertos para crear pequeños rincones decorativos en nuestras casas. En realidad, necesitamos asentar unas bases, observar mucho para desarrollar el “buen ojo” y tener un poco imaginación. Mi idea aquí, es daros unos pequeños consejos para que en casa podáis crear un pequeño bodegón alrededor de una pieza muy especial: vuestra lámpara.
Lo primero que deberemos preguntarnos es: ¿dónde vamos a poner nuestra lámpara? Lo importante es que pensemos en la relevancia que queremos darle a nuestra lámpara y su utilidad. Si ya tenemos seleccionado el sitio (una mesita de noche, una mesa auxiliar, una cómoda) y la hemos comprado pensando en qué la íbamos a poner ahí, bien. Si no es así, lo que os recomendaría es que si ya de base es una lámpara muy decorativa, no la pongamos sobre un mueble muy recargado porque MÁS+MÁS siempre será MÁS…y en este caso, no llamará la atención ni lo uno ni lo otro. Demasiada información para el ojo.
Una vez colocada nuestra lámpara, pensemos en pequeños objetos decorativos que podamos tener en casa: velas, minerales, ceniceros, figuras, marcos, bandejitas… La idea es que juguemos con diferentes objetivos decorativos, alturas, texturas y colores que sean complementarios. Nuestra lámpara será el objeto decorativo que marcará el máximo de altura, a partir de ahí, hacia abajo.
Probemos por ejemplo con un candelero o un vela baja, una jarrita, y algo más plano como un cenicero o bandeja:
- Coloquemos el siguiente objeto decorativo más alto al lado de la lámpara (jarra)
- Juguemos con el espacio de delante para intercalar los demás objetos (vela, mineral)
- Dejaremos la zona delantera para el elemento más plano (cenicero o bandeja)
Ya tendríamos nuestro bodegón. En mi opinión, el toque final sería poner un ramita o una flor en la jarrita o soliflor.
No os compliquéis, ya veréis que con algo discreto, la estancia cambia completamente.
Este bodegón lo hemos realizado con nuestra lámpara Ánfora esmaltada en verde antiguo.
Con cariño,
D.