Tresillo en nogal siglo XVIII

Este tresillo de nogal español isabelino llegó al estudio con mucho trabajo por delante pero después de dedicarle mucho amor, técnica y unas manos con conocimiento, el resultado habla por si solo. 

1. Historia del mueble: tresillo de nogal del siglo XVIII isabelino. Durante el siglo XVIII se produce una transición en España del estilo Fernandino al Isabelino, donde se observa que el mueble se vuelve más cómodo y utilitario y así, se da lugar a líneas más curvadas, copetes con tallas más sencillas, etc. 

Os contaré otro truco para aprender a datar los muebles. En este caso, al tratarse de un tresillo tapizado, cuando retiramos toda la tapicería hasta llegar al esqueleto nos encontramos con los primeros clavos. Son típicos del s. XVIII los clavos de hierro con la punta triangular, y en este caso, así eran.

2. Estado: el estado era...complicado. Había tenido una infección de carcoma que ya no estaba activa pero había debilitado mucho diferentes partes y venía completamente infectado en ácaros. El acabado era un barniz de goma laca con tinte. 

3. Restauración:

Según llegó al estudio se precintó para evitar problemas con otros muebles y cuando se empezó a trabajar en él, se retiró completamente la tapicería hasta llegar al esqueleto.

Se decapó para llegar a la madera natural y se dejó en crudo.

Decidimos desencolarlo entero porque presentaba zonas desencoladas y además, debido al ataque de carcoma hubo que reemplazar alguna pieza. Al desmontarlo, vimos que en una restauración previa, para no desencolarlo se habían colocado unas piezas de hierro en las patas para evitar el movimiento que habían sido clavadas, debilitando más la estructura. Además la colocación de las piezas hizo que se retirase parte de las molduras por lo que había que reemplazarlas.

Se realizaron las piezas nuevas y se encoló el tresillo entero. 

Llegados a este punto, fue necesario consolidar el mueble para que la madera recuperase propiedades por inyección en todos los agujeros de carcoma. 

Posteriormente se hizo la integración cromática de las piezas nuevas con tinte y óleo y se dejó en madera lavada.

Una vez terminado, se tapizó con una tela actualizada en rayas berenjena de Gastón y Daniela. 

Y ahora este tresillo, ocupa un un lugar muy especial en un porche.